Los beneficiados y los damnificados en el nuevo dibujo táctico del Barça

Valverde sigue tocando teclas

Valverde sigue tocando teclas / EFE

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Quizá algo más tarde de lo ideal, pero Ernesto Valverde sigue buscando encajar el puzzle. Tras un verano movido en el que se le ha ido un jugador básico como era Neymar y no han llegado -todavía- los refuerzos esperados, el 'Txingurri' trata de que el equipo recupere la autoestima ganando en consistencia y equilibrio defensivo. Para ello, el técnico parece haberse instalado en 'su' 4-2-3-1 que tanto le funcionó en el Athletic.

Pero, ¿qué gana y qué pierde el Barça con el nuevo sistema? ¿Qué jugadores se ven más beneficiados? ¿Quiénes son los más perjudicados?

Una salida de balón más cómoda

Al jugar con dos pivotes, la salida de balón es más sencilla. En los últimos tiempos, los equipos le han cogido el gusto a presionar al Barça arriba del todo. Tapando a Busquets, obligan al equipo a ser muy preciso en su propia área para, en muchas ocasiones, acabar Ter Stegen desplazando en largo. Con Busquets y Rakitic o Paulinho, los tres jugadores más titulares en esa demarcación, los centrales tendrán más soluciones en la zona de creación.

LOS LATERALES, VÍA LIBRE PARA SORPRENDER

Jordi Alba y Semedo, los dos laterales titulares, están de celebración. El nuevo sistema les da carta blanca para aparecer tanto como quieran por su carril. Ahora, las vigilancias defensivas son mayores, pues los integrantes del doble pivote se encargan de cubrir sus subidas. Ante el Betis ya se pudo ver tanto al de L'Hospitalet como al portugués incorporándose cada dos por tres en ataque. Con los tres mediapuntas más por dentro, son ellos los encargados de abrir el campo en ataque estático.

un RESPIRO para busquets y rakitic

Si se consolida el nuevo esquema, Sergio dejará de ir con la lengua fuera. En los últimos años se le ha podido ver a menudo desbordado ante los constantes correcalles, ya que un solo pivote debía abarcar demasiado terreno. Compartiendo doble pivote, su trabajo defensivo es algo menos exigente. Hay que recordar que, pese a jugar de interior, el croata también se tenía que sacrificar infinidad a nivel físico al compartir banda con Leo Messi, más liberado en tareas defensivas.

los MEDIAPUNTAS, MÁS EXIGIDOS

Los interiores desaparecen. Así, los mediapuntas deben trabajar muchísimo. No solo cubriendo la subida de su 'lateral', sino que el mediapunta de la banda contraria en la que se encuentra el balón debe siempre cerrar al medio para colaborar en la presión a los centrocampistas rivales. Más concretamente, al pivote defensivo rival. Además, con la posesión de balón, los mediapuntas tienen que ofrecerse contínuamente. Así pues, los Sergi Roberto, Deulofeu, Rafinha, Denis Suárez, Arda Turan, André Gomes o incluso Aleix Vidal tienen que estar muy preparados físicamente.

menos movilidad: UN EQUIPO MÁS FÁCIL DE CONTRARRESTAR

A diferencia del 4-3-3, las posiciones en el 4-2-3-1 son más fijas. Los interiores tenían más libertad pero, ahora, la organización es, a priori, más estricta. Esto significa que el equipo rival lo tiene más fácil para contrarrestarte. Es entonces cuando el equipo necesita de las individualidades de sus cracks para generar desequilibrio.

Por otra parte, también hay menos posibilidad de pase entre líneas en tres cuartos de campo. Si antes el equipo contaba con dos interiores, ahora solo tiene al '10'. Si quieren recibir dentro, los mediapuntas de los costados tienen que meterse dentro.

CONTRAGOLPES CON MÁS EFECTIVOS

Si el barcelonismo estaba acostumbrado a ver como Neymar, Messi y Luis Suárez salían a la contra como tres puñales, el nuevo sistema permite generar contragolpes con más efectivos: los tres mediapuntas y el delantero centro. Así, en el partido ante el Betis ya se vio como, tras robo del doble pivote, Busquets y Rakitic buscaban rápido a Messi, Deulofeu o Sergi Roberto para iniciar una rápida transición.